viernes, 1 de mayo de 2015

Museo Alberto Mena Caamaño.

Dirección: García Moreno 887 y Espejo

Horario: Martes a sábado 09h00 a 17h30; Domingo 10h00 a 16h00

Precio: Adultos 1,50 USD /estudiantes con carnet 0,75 USD /niños de 5 a 11 años, adultos mayores y personas con discapacidad 0,50 USD

Reseña Histórica 

El “Museo de Arte e Historia Alberto Mena Caamaño” fue creado el 28 de mayo de 1957 a partir del fondo donado por Alberto Mena Caamaño. En 1970 el museo integró a la exposición permanente  una sala sobre la masacre del 2 de Agosto de 1810. Esta  escena fue realizada en cera por el artista Alexander Barbieri, quien tomó como modelo un cuadro pintado a inicios del siglo XX por César Villacrés titulado “El Sacrificio de Quiroga”.   A partir de entonces este espacio ha sido popularmente conocido como “Museo de Cera”. Actualmente el Museo Alberto Mena Caamaño cuenta con una exposición  permanente  que se titula  “De Quito al Ecuador (1736 – 1835)”, con las siguientes salas:

     Cuando quito era España: las Reformas Borbónicas vieron como objetivo tanto en España como en América el de conseguir  un estado eficaz y organizado para un mejor manejo de los territorios son introducidas  a América el 12 de Octubre de 1778, interfiriendo en el aspecto económico, político y administrativo. Los cambios introducidos en los territorios americanos, los cuales estaban divididos: la capitanía general de Venezuela y la de Chile, los virreinatos de, el Río de la Plata, de Lima, de Nueva Granada, de Nueva España y la Real Audiencia de Quito (1.563).



     La ilustración: El movimiento de la ilustración quiere decir dejar de lado lo escolástico, la creencia, la religión para dar paso al pensamiento, la crítica, la lógica. (Apareció en Francia, en pensadores como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Diderot, D´Alembert, Fontenelle, se inicia  con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, terminando con la monarquía absoluta, razón por la que se puede decir que Francia había iniciado el proceso que la conduciría hasta la proclamación de la República).

     Entre la ciencia y los saberes: En 1736 llego la Misión Geodésica Franco-Española, la cual permanecerá hasta 1745 en estos territorios, fueron recibidos en el palacio por poco tiempo y posteriormente les acogieron los jesuitas en sus aposentos, siendo esta comunidad quienes aprovecharon el legado de esta misión que fueron los libros traídos por estos sabios. Por la Academia de Ciencias de París llegaron: Charles Marie de la Condamine, Pierre Bouguer, Louis Godin, (los trabajos que se iban a realizar en estos territorios fueron autorizados por el Rey Felipe V de España, bajo la condición de que participaran con ellos dos científicos de ese país) y por parte de la corona para vigilar lo que hacían en estos territorios los franceses vinieron Jorge Juan de Santa Silia y Antonio de Ulloa.

     Circulación de las ideas: El movimiento de la Ilustración fue un cambio reformista en el aspecto social, político, religioso y por supuesto se dio en el campo educativo, las elites locales de fines del siglo XVIII no solo eran ricas e influyentes, sino también figuras culta y cosmopolita que elevaron el rango y prestigio de los grupos dirigentes. Había una comunidad intelectualmente inquieta dispuesta a efectuar cambios, y a un proceso de restructuración de los planes de estudio de las universidades de Quito, donde se dio más importancia  al estudio de las ciencias físicas, naturales y el derecho de gentes. Las universidades se convirtieron en el eje académico del movimiento intelectual. En la ciudad de Quito se crearon instituciones educativas de élite.

     Biblioteca pública: La biblioteca abrió sus puertas el 25 de mayo de 1792 el primer bibliotecario fue el Dr. Francisco Javier Eugenio de Santa  Cruz y Espejo. Consigue su primer título en Filosofía a la edad de 15 años, el de Medico a los 20 años y sucesivamente otros: Lic. En Derecho Canónico y Jurisprudencia, escribió el primer periódico “PRIMICIAS DE LA CULTURA DE QUITO” el cual tuvo 7 Fascículos
Revoluciones: Entre estas la de los estancos, de los marqueses y la reunión del 9 de agosto de 1809 que da pie al histórico Primer grito de la Independencia al día siguiente. El acta se firmará 6 días después en la Sala Capitular de San Agustín.
2  de agosto: Y la muerte de los patriotas.


     Proyectos de soberanía en América: Las juntas de gobierno soberanas en América desde1810-1814 destacando el movimiento de Charcas en el alto Perú actual Bolivia, en concordancia  al movimiento liberal de las Cortes de Cádiz.
Después de estos acontecimientos España no quería perder las posesiones que tenía en América y Filipinas, la junta suprema central ordeno la conformación de una asamblea constituyente la cual se dio cita en Cádiz (1810-1814 duración de las cortes). José Mejía Lequerica y su representación en las Cortes.

     Pacificación de Quito: El Comisionado Regio Carlos Montufar y Larrea llega a Quito el 29 de agosto de 1810 e inmediatamente pide reunirse con las autoridades, desde el 22 de septiembre se reúne en la Sala Capitular de San Agustín con gente de la nobleza, milicias, del clero y con autoridades barriales para formar una segunda junta denominada “JUNTA SUPERIOR DE GOBIERNO”  se escogen autoridades y se estructuró el gobierno quiteño.

     Proyecto de Bolívar: Con la creación de la Republica de Colombia. A estos pueblos hermanos nos uniremos con el nombre del Departamento o Distrito del Sur, conformando la “GRAN COLOMBIA”. Las primeras ciudades en ser independientes fueron Guayaquil el 9 de octubre de 1820, Cuenca el 3 de noviembre, Loja en el mismo año, Quito la última ciudad en ser independiente, la más difícil, aquí se encontraba el poder político y las tropas, el 24 de mayo de 1822 en la Batalla de Pichincha el Mariscal Antonio José de Sucre nos da la independencia.

    Escena de la Masacre.

La escena de los 2 de agosto de 1810, en figuras de la cera, inspirada por un cuadro de Cesar Villacres y elaborada por el francés Alexander Barbieri. Las estatuas están situadas en el mismo lugar donde los proceres fueron asesinados por los militares limeños.  

Ese día, las dos pequeñas hijas del Dr. Manuel Quiroga, acompañadas por una sirvienta de raza negra que se encontraba encinta, habían ido a visitarlo llevándole el almuerzo. Salinas, enfermo, agonizaba en su lecho; el día anterior se había confesado y comulgado como verdadero católico. Otros patriotas recibían las visitas de sus respectivas esposas; nadie sabía lo que el pueblo estaba preparando...
“Faltaba un cuarto de hora para las 2 p.m., cuando tocaron en las campanas de la catedral a rebato. Seis hombres armados de cuchillos se presentaron delante del portón del Real de Lima: Llamábanse Landáburu, Mideros, Albán, Godoy y dos hermanos Pazmiño” (Roberto Andrade.- Historia del Ecuador, tomo I, p. 227).
“Armados de puñales y coraje vencieron la guardia del Real de Lima y penetraron resueltos al interior del cuartel. Sembraron el pánico entre los soldados dispersos en los corredores y el patio de la planta baja y se dirigieron denodadamente a cumplir su principal objetivo: liberar a los próceres” (Carlos de la Torre Reyes.- La Revolución de Quito del 10 de Agosto de 1809, p. 475).
Momentos después los soldados reaccionaron, y disparando un cañón barrieron con casi todos los atacantes. Seguidamente el Cap. Galup -acompañado de varios milicianos- se dirigió a los calabozos donde permanecían encerrados los patriotas y dio a los soldados la terrible orden: “Fuego a los presos...”
Quiroga se puso en pie tratando de proteger a sus hijitas, mientras que rogando por la vida de su amo, la fiel negra se postraba de rodillas ante los soldados que acababan de entrar en el calabozo. Un brutal sablazo cayó sobre la cabeza de la infeliz negra que murió desangrándose en el piso. Las dos pequeñas se interpusieron entonces entre los soldados y su padre, pero uno de ellos, de un empellón las tiró a un lado y avanzó sobre Quiroga con el sable en alto ordenándole a voz en cuello: Grita ¡Vivan los limeños...!, a lo que Quiroga, erguido como un roble le respondió: “Viva la religión... Viva la fe católica...”, asegurándose de esta manera la absolución de los mártires. Cayó entonces sobre su cabeza el arma homicida y, tambaleándose, ensangrentado, alcanzó a dar algunos pasos hacia la puerta pidiendo “Confesión... Confesión...”.
“Los que fueron despedazados con hachas, sables y balas, fueron los Ministros de Estado mencionados, el senador Juan Pablo Arenas, el presbítero Riofrío, el Crnel. D. Juan Salinas, los tenientes coroneles Nicolás Aguilera, Antonio Peña y Francisco Javier Ascázubi, el capitán José Vinueza, el joven teniente Juan Larrea y Guerrero, el Gobernador de Canelos, D. Mariano Villalobos, el escribano D. Antonio Olea, D. Vicente Melo y otros, cuyos nombres no menciona la historia. Veintiocho perecieron de esta manera horripilante” (R. Andrade.- ídem p. 229).
Aquello fue una carnicería horrible hecha a hombres indefensos, encadenados todavía muchos de ellos. Muy pocos se salvaron.
Mientras tanto, los otros comprometidos, los que debían atacar el cuartel de Santa Fe, vecino al Real de Lima, acobardados al momento de actuar “Quedan estáticos a la vista del peligro, y dejan a sus compañeros sacrificados en medio de quinientos enemigos...” (Pedro Fermín Cevallos.- Resumen de Historia del Ecuador, p. 69).“Consumada la masacre del cuartel, sedientos de venganza y sangre, los soldados salieron a las calles. El pueblo desarmado les enfrentó con coraje. Las casas y los almacenes fueron saqueados, rotos los muebles, espejos, lámparas, cristales y relojes. Los soldados se repartían el dinero robado, tomando como medida la copa de un sombrero. Mataron menos por robar más” (Dr. M. A. Peña Astudillo.- 200 Años y una Vida, p. 63).
Al caer la tarde, las víctimas de la cobardía sobrepasaban las 300, y sólo gracias a la valerosa intervención del obispo José Cuero y Caicedo -quien se presentó valerosamente frente a las autoridades- se pudo detener la masacre y el vandalismo.Se acordó entonces que se correría un velo sobre los autores de la matanza y que Arredondo abandonaría en corto plazo la ciudad y la Audiencia.“Al fin, el 18 de agosto, salen de Quito las tropas del Real de Lima, al mando de Arredondo, van cargadas de honores, dineros y grados. La hazaña del día 2 ha valido condecoraciones y recomendaciones. Se les confiere el título de: Pacificadores de Quito; las casas y las tiendas saqueadas les han colmado las mochilas, llevan más de trescientos mil pesos en ellas; el Real Acuerdo les ha conferido ascensos. Arredondo va ya de coronel y así todos los demás jefes y oficiales. Pero van también cargados de maldiciones y de ignominia.









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