viernes, 1 de mayo de 2015

Museo de Santo Domingo “Fray Pedro Bedón”

Dirección: Flores 150 y Bolívar (Plaza de Santo Domingo)

Horario: Lunes a viernes 09h15 a 13h00 y 14h00 a 16h30; Sábado 09h00 a 13h00

Precio: Adulto Extranjero: 2,00 Niño, tercera edad y estudiantes extranjero: 1,00 Adulto Nacional: 1,00 Estudiante, escuela, niños y Tercera edad: 0,50


Reseña histórica

En el año 1541, el padre Gregorio Zarazo obtiene del cabildo un sitio para la edificación de lo que sería el Convento Máximo de Santo Domingo de Guzmán. El lugar designado comprendía la “meseta” entre dos quebradas y la explanada de la Loma Grande. En este lugar, hoy sigue funcionando este centro religioso, exponente del arte de Quito, Capital Americana de la Cultura.

El actual convento de Santo Domingo es una obra diseñada por el arquitecto español Francisco Becerra, quien construyó importantes templos en América. A él se debe la funcionalidad arquitectónica basada en el acondicionamiento para la predicación del evangelio en la floreciente ciudad. Fue simple y de tierra y paja.  En 1581 el arquitecto español Francisco Becerra, tomó a su cargo la edificación del actual Convento Máximo Santo Domingo.

Durante el siglo XIX frailes italianos modificaron el estilo interior de la iglesia y su fachada, haciendo de Santo Domingo un pilar del arte contemporáneo en el país.

Descripción 
La Capilla del Rosario se constituye como el más rico ejemplo del barroco quiteño con su estilo singular del siglo XVII. El museo expone la influencia de la comunidad Dominica hacia la sociedad en educación, arte y cultura.



En la actualidad, el museo está integrado por cinco salas con exposiciones permanentes. El público puede observar obras con rasgos característicos de las escuelas Quiteña, Española, Italiana y Cuzqueña, correspondientes a los siglos XVI, XVII, XVIII y XX. Entre las esculturas, talladas en madera, se destaca la de Santo Domingo de Guzmán, tamaño 145 X 63 X 44cm, y dos juntas, de San Francisco de Asís y Santo Domingo, 177 X 66 X 51cm. En éstas sobresalen las vestimentas de tela encolada y los encarnes obscuros (pálidos) de rostros, manos y pies.

La escultura que representa a San Juan de Dios, tallada en madera policromada, tiene encarnes brillantes en rostro, manos y pies, rasgos característicos en las esculturas de Bernardo de Legarda. El creador permite que se reconozcan sus conocimientos de anatomía, ya que los detalles están implícitos en ojos, dientes, uñas, venas y aún en el fondo negro de la vestimenta, la que contrasta con la decoración floral.
En una urna de gran tamaño, protegida con vidrios de seguridad, permanece abierto un Libro Coral (coro) confeccionado a mano, data del año 1981, el trabajo corresponde a Fray Pedro Bedón. Las tapas son de madera recubiertas con cuero de caballo. Las hojas son de papel pergamino y en ellas están dibujadas partituras en gregoriano para cánticos religiosos.

El Refectorio, sala dedicada a comedor de la comunidad, construido en 1768, tiene un decorado mudéjar. Las figuras geométricas son de estilo árabe-español y adornan el artesonado. Hacia los costados, en posición inclinada se observan 54 óleos enmarcados en madera revestida con pan de oro, representan a los mártires de la Orden Dominicana. La vida de Santa Catalina de Siena está recreada en 24 óleos colocados en las paredes laterales de la sala y en otros 14 están los reyes de Judá.
En las paredes circundantes al jardín, a media altura, yacen en sus lugares cinco retablos tallados en madera y dorados con pan de oro; también, óleos sobre lienzo, gran formato, de los santos Ignacio de Loyola, Bernardo de Claraval, Sto. Domingo de Guzmán, Francisco de Asís, Agustín de Hipona, Pedro Nolasco, de las Santas María Magdalena, Teresa de Jesús, Catalina de Siena, Clara de Asís y El Calvario
Se destacan las imágenes españolas en tela encolada de los Santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís, así como las piezas representativas escultóricas de la Escuela Quiteña de San Reginaldo de Orleáns, tallada en madera con una figura extraordinaria; la Virgen de Legarda escultura del siglo VII, y la obra de nacimiento de Legarda siglo XVII. El recorrido por el museo y convento contempla además la visita a las capillas del Rosario, de Pompeya de Santa Rosa y del Refectorio (comedor) que se facilita este para recepciones sociales (matrimonios y bautizos), administrativas y diplomáticas. De acuerdo al padre Gonzalo Valdivieso, prior del convento de Santo Domingo, este museo muestra el desarrollo de la orden dominica y su influencia cultural y artística en diferentes partes del mundo. Se exponen muchas obras de la Escuela Quiteña, pero además existen obras de artistas del viej


o continente, que fueron traídas a este centro religioso. En la sala que explica los principales artistas y técnicas que existen en el museo, sobresale una escultura de Santo Domingo de Guzmán, realizada por el Padre Carlos. Las manos y rostro de esta estatua fueron realizados en cedro, mientras que la ropa fue tallada con la técnica manierista, lo que le da una sensación de movimiento. Una de las obras más bellas es la “Vestición” del Beato Reginaldo de Orleáns. Los acabados de la obra fueron realizados con la técnica de Esgrafiado Chinesco, que consiste en, luego de terminado el tallado, cubrirla con pan de oro y pintarla. Uno de los principales exponentes de la Escuela Quiteña, Bernardo de Legarda, realizó la escultura de Tomás de Aquino, que se expone en el museo. Aquí se encuentra una de las primeras obras de Caspicara, donde se pueden admirar los inicios en la policromía de la encarnación del rostro.
Pero además de esta sala, creada exclusivamente para la exposición, caminar a través del convento es encontrarse a cada paso con obras invalorables. En el refectorio de la iglesia se encuentran 177 obras de arte. El recorrido con un guía por este “viaje al pasado” lleva alrededor de una hora, donde se ve de manera principal los siglos XVII y XVIII, épocas cumbres de la escuela quiteña. En este museo no solo se encuentran tallados, pintura y escultura, también se pueden ver libros con música coral que datan de 1613, ornamentos eucarísticos confeccionados con hilos de oro, plata y seda natural, y custodias.


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